La gastronomía calagurritana viene determinada en gran parte por la gran riqueza y variedad de su huerta. La diversidad de productos y la excelente calidad de los mismos nos permiten disfrutar de un amplio abanico de posibilidades según la estación: La primavera nos aporta uno de los platos más típicos: La menestra de verduras, a base de habas, alcachofas, guisantes, espárragos, alubia verde, zanahorias, etc., bien entremezcladas y guisadas con un poco de cordero.
Deliciosos son también los espárragos frescos, que se comen entre los meses de Abril y Junio. Cocidos con sal, se sirven templados y se aderezan al gusto con aceite, vinagre o mayonesa. Pueden complementarse con huevo duro.
El verano nos aporta deliciosas ensaladas a base de sabrosos tomates y tiernas lechugas.
En otoño, los pimientos verdes, rojos, del piquillo, del cristal …, cocinados de las más variadas formas: fritos, cocidos, asados, aliñados con ajo y aceite. Se comen solos o como guarnición de los platos de carne. También son exquisitos los pimientos rellenos, bien de carne o de pescado.
En invierno, la tiernísima alcachofa y la blanca coliflor, cardo, etc.
Todos estos productos pueden encontrarse en el tradicional mercado que desde la Edad Media se realiza cada jueves en la Plaza del Raso.
Y para servir todos estos productos de la huerta, varias conserveras calagurritanas con larga tradición en el sector los comercializan dentro y fuera de nuestras fronteras. Lo mismo ocurre con el vino
En el capítulo carnes, la estrella es el cordero. Cordero joven, lechal o de primer pasto, es excelente asado o guisado con tomate o alcachofas. Son típicas las «chuletadas» celebradas durante las Fiestas de Agosto.
En dulces, son de destacar las magdalenas, mantecados y mantecosas, así como el pastel típico de Calahorra.